Algunos mitos y creencias acerca del poder curativo y otros beneficios de los alimentos.
Con frecuencia escucho a mis pacientes contar anécdotas relacionadas con las cualidades, propiedades y poder curativo de algunos alimentos.
Uno de los que recuerdo con más frecuencia es el que se refiere al consumo de patas de pollo para elevar el recuento de plaquetas en los pacientes con dengue. Una y otra vez se repiten los relatos de espectaculares recuperaciones del valor de las plaquetas gracias a que son consumidas ingentes cantidades de caldos elaborados con el famoso producto. Y ay! de aquél que se atreva a contradecir a la vecina, la abuela o la madre en estos sabios consejos, será execrado y desterrado de la confianza familiar para siempre.
Pues nada más alejado de la verdad que esa supuesta capacidad restauradora que, según la conseja popular, tienen las patas del pollo en el tratamiento del dengue.
La disminución de las plaquetas, por efecto tóxico del virus del dengue y otros cuadros virales similares, será corregida en la misma medida en que el organismo se va recuperando de la infección viral. En algunos casos nuestro sistema puede restituir los valores de manera acelerada, y generalmente esto coincide con la receta de la consabida sopa de patas de pollo, frecuentemente con justa repugnancia por parte de nuestro paciente. Esa coincidencia es la que refuerza la mencionada creencia, ya que mientras logramos esa función restauradora sin la ayuda de las extremidades inferiores de la apreciada criatura, las madres, tías o abuelas le hacen engullir al enfermo, sopa de patas de pollo tres veces por día al menos. Así, los vendedores de pollo obtienen buenas ganancias vendiendo kilos y kilos de la "preciada medicina", que seguramente antes de las epidemias de dengue, era desechada o regalada por no dejar ningún rédito.
Mi consejo es que ante un caso de dengue ya diagnosticado, con recuento bajo de plaquetas, y aparte de los cuidados médicos del caso, (que podría incluir transfusión de plaquetas y observación hospitalaria) se dediquen los esfuerzos a una alimentación balanceada, ligera, reposo y el aporte de ácido fólico indicado por el médico, que con eso será suficiente para que nuestro sabio y hacendoso organismo se encargue de subir las plaquetas en los casos leves o moderados.
No faltarán quienes se las ingenien para darle otro uso a las indeseables extremidades, pero los únicos beneficiados con esta receta, son los "polleros".
En una nueva entrada, les comentaré acerca de otras arraigadas creencias en relación con beneficios, propiedades o perjuicios de los alimentos en el campo de la salud.